Chucho Navarro Jr. al centro, Eduardo Beristain y Luis Aceves

Chucho Navarro Jr. al centro, Eduardo Beristain y Luis Aceves

lunes, 22 de agosto de 2016

Los Panchos originales



El bolero existe, no se ha ido. O mejor, pervive, aunque disfrazado. Porque la industria del disco y el espectáculo “moderno” se niegan a preservarlo como parte de la cultura popular y los compositores de hoy, a falta de oportunidades, lo esconden bajo otros estilos musicales como la balada y el pop para poder venderlo. Por eso los nuevos públicos no lo conocen en su verdadera dimensión, aunque en México hay quienes todavía luchan por él, como Rodrigo de la Cadena, un joven que asombrosamente lo cultiva, lo interpreta y lo mantiene vivo desde que era un niño.
Los alocados años 60 del siglo pasado sorprendieron a la juventud de nuestro país dejándose caer entre el romanticismo del bolero y el frenesí del rock’n roll. En medio de ambos géneros, la música tropical se posicionaba desprendiéndose de ritmos como el danzón, el mambo y el chachachá, los tres que, como el bolero, procedían de Cuba.
De acuerdo con el Diccionario de Música en México (Gabriel Pareyón, 1995; Secretaría de Cultura de Jalisco), el bolero es un baile español acreditado, según se afirma, a Sebastián Cerezo, un famoso bailador de Cadiz en 1780. Pero llegó a nuestro país a principios del siglo XX directamente de la isla caribeña y se introdujo a través de dos puertas: la península de Yucatán y el puerto de Veracruz, desde donde se expandió rápidamente a todo el territorio nacional hasta cobrar carta de naturalización y difundirse por el mundo.
Sin embargo, en 1944 un trío mexicano llamado Los Panchos triunfaba en Nueva York con el novedoso ritmo romántico que consistía en un acompañamiento de dos guitarras acústicas, un par de maracas y un juego de voces sutiles entonando cálidas melodías con letras de amor y desamor impregnadas de poesía,  cuyos efectos producían en el público una remoción de sentimientos que embelesaban el corazón y erizaban la piel. Eran como bálsamos para el alma de enamorados adoloridos, o bien, cantos de amores victoriosos en la relación de pareja. “Tú me acostumbraste a todas esas cosas. Y tú me enseñaste que son maravillosas”, cantaba la gran Olga Guillot, cubana, en la década sesentera.
EL PRIMER TRÍO
Los Panchos estuvo integrado inicialmente por Alfredo Gil, Chucho Navarro y el puertorriqueño Hernando Avilés, comenzando sus presentaciones en EU entre los soldados que se alistaban para el combate durante la Segunda Guerra Mundial. Fueron contratados por la radiodifusora estadunidense Cadena de las Américas que los dio a conocer en toda América Latina. En México debutaron en El Patio en 1949 y a raíz de su clamoroso éxito tanto en el disco como en las estaciones de radio, con temas como Rayito de Luna, Un Siglo de Ausencia y Sin un Amor, entre otros, desataron un impresionante ”boom” de tríos con estilos y sonidos diferentes, así como melodías que rápidamente se introdujeron en el gusto del público.

https://www.elsoldemexico.com.mx/espectaculos/401257-el-bolero-se-niega-a-morir